¿Qué es la Web3 y por qué importa?
Mucha gente describe la Web3 como la siguiente fase de la historia de Internet. Los críticos de la red de Internet actual señalan el dominio de unas pocas plataformas que generan la mayoría del tráfico general. Y, lo que es más, la infraestructura con la que funciona Internet está centralizada de una forma parecida. Los partidarios de la Web 3.0 abogan por un nuevo paradigma construido según los principios de la descentralización y control por parte del usuario.
En esta guía exploraremos el modelo de historia que divide Internet entre la web 1.0 y la web 2.0, desglosaremos los principios y las tecnologías fundamentales que podrían conducir a la web 3.0 y, además, examinaremos las aplicaciones en el mundo real y sus futuras implicaciones.
Por favor, ten en cuenta que: el objetivo de esta información es de educación general y no constituye consejo financiero o de inversión.
¿Qué es Web3?
Web3, a veces llamada también web descentralizada, describe un modelo alternativo de Internet que, en opinión de algunos, se impondrá en un futuro cercano. Es un término paraguas para un nuevo ecosistema online desarrollado con blockchain y redes distribuidas. Sus defensores alegan que un sistema de este tipo alejará el poder de las manos de las grandes empresas tecnológicas y lo dirigirá hacia los usuarios individuales.
Los partidarios de este modelo esperan que la Web3 otorgue a los usuarios de Internet un mayor control sobre sus datos, activos digitales e identidad online. Por ello, a menudo se concibe como la versión "leer-escribir-poseer” de Internet.
La evolución de Web1 y Web2
Muchos ven la historia de Internet como algo que atraviesa distintas fases. La Web1, que generalmente se ve como una fase que se prolonga desde el nacimiento de Internet hasta mediados de la primera década de los 2000, fue una experiencia predominantemente estática, de "solo lectura”. La mayoría de los sitios web no permitían demasiada interacción de los visitantes. Por ejemplo, muchas páginas web carecían de las secciones de comentarios que son tan habituales hoy.
Por el contrario, Web2 se caracteriza como la fase "lectura-escritura” de Internet. Vio el auge de las redes sociales y el contenido generado por el usuario. En lugar de miles de pequeños sitios web administrados principalmente por personas o grupos pequeños, Internet se aglutinó en torno a grandes plataformas. Están dirigidas por empresas y equipos, pero generalmente permiten a todos los usuarios crear y compartir contenido.
Web2 también trajo la centralización de los datos y aglutinó casi todo el poder en manos de unas pocas entidades. Un pequeño número de sitios web importantes (la mayoría dirigidos por grandes compañías como Google, Meta y Amazon) concentran gran parte del tráfico web mundial; los cálculos de los estudios más recientes estiman que los 116 dominios principales acaparan aproximadamente un tercio de todas las visitas. En el aspecto de la infraestructura, con frecuencia son esas mismas compañías las que operan los sistemas de los que depende la Web2.
Web3 como el siguiente paradigma de Internet
El concepto de Web3 empezó a cobrar fuerza sobre el 2014, cuando Bitcoin comenzó a atraer la atención generalizada. Teniendo en cuenta las posibles implicaciones de la tecnología blockchain, algunos tenían la teoría de que podría servir como antídoto a las limitaciones de la Web2 que ya percibían.
Muchos esperan que la Web3 contrarreste las fuerzas centralizadoras que dominan la era de la Web2. Los más optimistas imaginan un nuevo paradigma de infraestructura distribuida y a los usuarios como propietarios de sus propios datos. Aunque determinadas jurisdicciones han legislado el "derecho al olvido”, aplicar este principio a la Web3 es más complejo. Dado que los datos registrados en los blockchains públicos son intencionadamente inmutables, por lo general no se pueden eliminar. En cambio, algunos proyectos abordan las preocupaciones de privacidad permitiendo que los usuarios revoquen los permisos a las aplicaciones o manteniendo los datos personales más sensibles fuera de la cadena, de forma que se puedan modificar o borrar si fuera necesario.
En la Web2, las plataformas poseen los datos de usuario y pueden censurarlos o monetizarlos. Por el contrario, Web3 imagina un Internet sin necesidad de confianza, sin permisos y transparente, basado en la tecnología blockchain. Aunque aún no se sabe hasta qué punto se hará realidad esta visión, dichos sistemas podrían devolver más control a los usuarios y permitirían nuevas formas de propiedad digital.
Principios esenciales de la Web3
Las ideas de la Web3 son en gran medida una reacción a las realidades de la era de la Web2. Está impulsada tanto por la tecnología como por la filosofía, con ambas disciplinas entrelazadas.
Descentralización
La descentralización es el principio fundacional de la Web3. En una Web3 ideal, los datos se distribuyen en una extensa red de nodos peer-to-peer, en lugar de estar centralizados en servidores cuya propiedad y control están en manos de las grandes corporaciones. Probablemente los grandes proveedores de almacenamiento en la nube sigan teniendo un papel esencial, pero la esperanza es que una arquitectura descentralizada asegure que una sola entidad no pueda controlar la red, para que, de este modo, pueda resistir la censura y la manipulación.
Otro elemento clave del entorno Web3 son las dApps (apps descentralizadas). Estas dependen principalmente de nodos independientes, en lugar de usar servidores centralizados. Cualquiera puede interactuar con la red, pero no hay una única entidad que la controle.
Ausencia de confianza y participación abierta
Web3 se concibe como un sistema basado en la confianza distribuida. Esto significa que no se necesita una autoridad central que facilite las interacciones entre usuarios. La confianza está embebida directamente en el código y los protocolos del blockchain, y todos los participantes pueden verificar independientemente el flujo de datos. Esto asegura que las transacciones y los acuerdos se ejecuten exactamente como dicta el código subyacente. La confianza sigue siendo importante (especialmente en contextos ajenos a la cadena), pero está menos centralizada.
Al mismo tiempo, esto permite que cualquiera con acceso a la red desarrolle aplicaciones o contribuya a su infraestructura sin necesidad de la aprobación de una entidad central que haga de guardián.
Web semántica e interoperabilidad
La web semántica es un concepto cuyo objetivo es hacer que los datos sean legibles por una máquina. Utiliza tecnologías como RDF (Marco de descripción de recursos), SPARQL (Lenguaje de consulta de RDF) y OWL (Lenguaje de ontología web) para agregar significado a los datos creados por el usuario, ayudando a las máquinas a interpretar su contenido y su contexto.
La promoción de la web semántica fue un objetivo fundamental de la Web 3.0, una visión anterior del futuro de Internet. La Web 3.0 difiere significativamente del entorno Web3 actual, tanto en objetivos como en las tecnologías subyacentes. En cualquier caso, es muy probable que la web semántica siga teniendo un papel en la Web3. Por ejemplo, los gráficos de conocimiento descentralizado aplican principios de la web semántica, a la vez que se alinean con los principios de la Web3. De igual modo, la interoperabilidad entre blockchains es importante para mantener un ecosistema Web3 práctico.
Tecnologías que impulsan la Web3
Para implementar la Web3, es esencial disponer de un conjunto de tecnologías interconectadas. Estos componentes básicos, que ya se han desarrollado y utilizado de forma limitada, deberán consolidarse más ampliamente para crear una futura Web3.

Blockchain
La tecnología blockchain sirve como base de datos transparente y descentralizada. Un blockchain almacena datos en "bloques” que están vinculados entre sí mediante criptografía, creando de este modo un libro mayor digital, inmutable, público y en continuo crecimiento.
Cada bloque contiene una función hash criptográfica del anterior, lo cual los vincula para formar una "cadena”. Con este diseño, se pretende que sea prácticamente imposible alterar o borrar datos pasados sin el consenso de toda la red. Al proporcionar un registro compartido, esta arquitectura permite directamente los principios básicos de la Web3: confianza distribuida, inmutabilidad y transparencia.
Por ejemplo: dos partes pueden realizar una transacción sin depender de un intermediario. La transacción se vuelve visible en el blockchain público, permitiendo que cualquiera pueda verificar los detalles de forma independiente. Si alguien intenta alterar los datos de cualquier transacción, la red lo rechazará porque todos los nodos de la red tienen una copia del blockchain, lo cual deja inmediatamente al descubierto cualquier discrepancia. Los mecanismos de consenso garantizan que todos los nodos de una red deben estar de acuerdo colectivamente en el orden y la validez de las transacciones, para que un solo participante no pueda prevalecer sobre el sistema. Esto permite que funcione todo el sistema a pesar de carecer de una autoridad central.
Contratos inteligentes
Los contratos inteligentes son acuerdos digitales de aplicación automática. Los términos de un contrato inteligente están escritos directamente en su código. Cuando se cumplen un conjunto de condiciones predeterminadas, el contrato ejecuta automáticamente la acción acordada.
Estos contratos existen en el blockchain y, una vez implementados, normalmente ya no se pueden cambiar, excepto según las condiciones acordadas. Esto ayuda a garantizar la transparencia y la seguridad. Si se adoptan de forma generalizada, algunos partidarios de los contratos inteligentes creen que estos reducirían la dependencia de terceros de confianza, como abogados o bancos. Es posible que esto no se cumpla, pero los contratos inteligentes sí pueden mejorar la eficiencia y la coherencia. Al asegurar que las transacciones siguen unas reglas predefinidas y se llevan a cabo exactamente tal y como se escribieron, posiblemente la necesidad de supervisión humana se reduciría.
Como ejemplo, un contrato inteligente podría liberar automáticamente puntos de fidelidad a un cliente una vez completado un número de compras predefinido en la cadena, o desencadenar recompensas en forma de tokens en una app descentralizada cuando los usuarios alcanzan determinados hitos.
Criptomonedas
Las criptomonedas podrían funcionar como el medio nativo de intercambio para su uso en dApps y contratos inteligentes. Existen enteramente en el blockchain, admitiendo las transferencias p2p sin un tercero intermediario.
Aseguradas por la criptografía, en general las criptomonedas resisten bien la falsificación. Se crean nuevas monedas según las reglas del protocolo (normalmente mediante la minería o staking) y cualquier intento de generar monedas adicionales sin seguir estas reglas normalmente será rechazado por la red.
Las transacciones son validadas por los nodos de la red y se validan en bloques, lo que hace enormemente difícil alterar transacciones pasadas. Para cambiar una transacción registrada, la persona debería influir en una mayoría de la red y alterar la cadena de bloques, un escenario considerado altamente improbable en redes grandes y bien establecidas. Sin embargo, las redes más pequeñas o peor aseguradas pueden ser más vulnerables si un participante puede controlar un porcentaje significativo de los nodos, una posibilidad que se mitiga en muchas redes a través de mecanismos como los requisitos de staking.
Además de facilitar pagos, se espera que las criptomonedas jueguen un papel clave en la potenciación de la utilidad de los ecosistemas Web3. Por ejemplo, se pueden usar criptomonedas para recompensar a los usuarios por contribuir con contenido a una app descentralizada o por probar un juego. También son un medio práctico y transparente de determinar cuánto peso tiene un participante durante las discusiones sobre gobernanza de una cadena.
Tokenización y NFT
La tokenización es el proceso de crear un token (una ficha) en el blockchain que represente un activo físico o digital. En el contexto Web3, esto podría permitir la propiedad fraccionada y la comercialización eficiente de activos que, de otra forma, no serían líquidos. Algunas empresas usan tokens para facilitar y verificar inversiones en áreas como arte (no digital) y bienes inmuebles.
Los NFT (tokens no fungibles) son un tipo único de tokens que representan la propiedad de algo, normalmente un activo digital. A diferencia de las criptomonedas, los NFT no son intercambiables, lo que significa que cada uno tiene una identidad y un valor únicos. Aunque un activo se copie o reproduzca fielmente, el NFT en sí mismo sirve como registro único dentro de la cadena, pero no confiere automáticamente derechos de propiedad intelectual ni uso multiplataforma.
Lada token se registra de forma única en el blockchain, vinculado criptográficamente a su propietario y con trazabilidad a través de una cadena pública de custodia. Gracias a esto, los NFT proporcionan prueba de propiedad de un token dentro de la cadena. El uso dentro de la app y las licencias se rigen por las normas de cada plataforma. Los contratos inteligentes incluso se pueden escribir de modo que se apliquen las reglas sobre transferencias y derechos de autor ligados a los NFT.
La tokenización y los NFT son esenciales para la ambiciosa visión de Web3 sobre la propiedad digital. Si se adoptan de forma generalizada, podrían proporcionar una forma verificable y transparente para que los particulares posean y negocien tokens en el blockchain, mientras que las normas específicas de cada plataforma seguirían regulando el uso de dichos tokens.
dApps y DAO
Las aplicaciones descentralizadas (dApps) son aplicaciones que se ejecutan en una red descentralizada, como un blockchain, en lugar de estar alojadas en servidores controlados por una empresa. Las dApps, que normalmente son de código abierto, se conciben como la capa de la Web3 orientada al usuario. A diferencia de los servicios y sitios web que dominan la Web2, se podrían crear plataformas abiertas, transparentes y resistentes a la censura.
Aunque las dApps no han tenido mucho éxito entre el público más amplio, las plataformas como Uniswap (un intercambio centrado en las criptos) y Decentraland (una plataforma de realidad virtual) son pruebas de este concepto.
Las DAO (Organizaciones autónomas centralizadas) están construidas basándose en principios parecidos a las dApps, pero se focalizan en los contratos inteligentes. Son herramientas cuyo objetivo es automatizar la gobernanza y la toma de decisiones de toda una organización.
En una DAO, la autoridad central es reemplazada por un conjunto de reglas codificadas en el blockchain, y sus miembros votan las propuestas que gobiernan la organización. Su implementación es muy limitada fuera del mundo de los entusiastas del blockchain, pero en la Web3, los foros y las redes sociales podrían funcionar como una DAO, permitiendo con ello la moderación y gobernanza basadas en la comunidad.
Aplicaciones de la Web3 en el mundo real
Aunque todavía no están realmente extendidas, las tecnologías Web3 se están implementando en diversas aplicaciones del mundo real, desde las finanzas a los videojuegos.
Finanzas descentralizadas (DeFi)
Las finanzas descentralizadas o DeFi son un sistema financiero incipiente basado en la tecnología blockchain.
Los defensores de la Web3 creen que un día podrían asumir muchas de las tareas realizadas actualmente por bancos y agentes de bolsa. Mediante contratos inteligentes, las plataformas DeFi podrían permitir la concesión y obtención de préstamos y el trading entre iguales sin necesidad de permisos y sin que los usuarios tengan que depositar su confianza en una autoridad centralizada.
Por ejemplo, en lugar de depender de un banco para que te conceda un préstamo, un protocolo DeFi podría proporcionártelo automáticamente con un contrato inteligente que tú cumples con tus criptoactivos como garantía.
Identidad digital y autenticación
En un entorno Web3, los blockchains, los identificadores descentralizados (DID) y las credenciales verificables (VC) permiten la identidad autosoberana. En otras palabras, las personas tendrían plena propiedad y control sobre sus datos personales y su identidad online. Para preservar la privacidad, los usuarios solo comparten la información mínima necesaria para una interacción determinada, lo que les permite no revelar toda su identidad.
Esto podría resolver algunos de los problemas que plantea el conflicto entre la necesidad de verificación y el deseo de anonimato. La adopción generalizada de los DID y las VC podría hacer que Internet dejara atrás los nombres de usuario y contraseñas tradicionales para dar paso a un método criptográfico más seguro.
Aunque escasamente utilizados en la actualidad, una implementación más amplia de los DID y las VC daría a los usuarios un mayor control sobre su presencia online, dando respuesta a algunas de las inquietudes sobre privacidad que han surgido en la era de la Web2.
Gaming y el metaverso en la Web3
Muchos partidarios señalan los videojuegos y la realidad virtual como dos espacios en los que los principios y tecnologías de la Web3 podrían resolver problemas reales. Los activos digitales ocupan una parte cada vez mayor de la economía, pero la propiedad puede ser poco clara o favorecer por norma general a los proveedores frente a los usuarios.
El blockchain podría proporcionar a las personas un derecho más claro sobre los activos del juego y otros bienes virtuales. De modo parecido, los videojuegos Web3 usan los NFT para tokenizar activos. Esto permite a los jugadores poseer, intercambiar e incluso vender sus objetos digitales en mercados abiertos.
La interoperabilidad, que es la capacidad de distintos sistemas para funcionar juntos, es otro de los objetivos del gaming Web3. A diferencia de la mayoría de los videojuegos tradicionales, las alternativas Web3 podrían permitir la vinculación de los activos del juego y los jugadores entre distintas plataformas.
Para el concepto más amplio del Metaverso, es fundamental tener la propiedad real de los activos del juego y poder moverlos entre diferentes blockchains y mundos virtuales. Un día, esto podría hacer posible el desarrollo de una identidad digital persistente y unificada, ya que los activos de un avatar podrían usarse y reconocerse en multitud de mundos y plataformas virtuales.
Intercambio y almacenamiento de archivos (p. ej., IPFS)
En Web3, el almacenamiento descentralizado de archivos aspira a sustituir al modelo actual, que se basa en servidores en la nube centralizados como iCloud o Google Drive. Protocolos como el Sistema de Archivos Interplanetario (IPFS) permiten la creación de una red distribuida entre iguales para almacenar e intercambiar datos.
En lugar de estar alojados en una única ubicación, el IPFS permite que los archivos estén alojados en muchos nodos diferentes a la vez. Junto con la descentralización, también tiene ventajas para la integridad y disponibilidad de los archivos, ya que no hay un único punto de fallo y los datos se replican en varios nodos.
Pros y contras de la Web3
Aunque la Web3 presenta una visión atractiva de un Internet más descentralizado y centrado en el usuario, no está exento de desafíos.
¿Cuáles son los principales beneficios de la Web3?
A continuación presentamos algunas de las ventajas más destacadas asociadas al paradigma Web3.

Propiedad de los datos de usuario
Los partidarios de la Web3 señalan que un sistema de este tipo, si se implementara de forma generalizada, concedería a los usuarios la propiedad digital real de sus datos. En lugar de que las grandes empresas acumulen datos sobre los usuarios, las personas podrían decidir qué información comparten exactamente, con quién y durante cuánto tiempo.
Esto capacitarías a las personas para reivindicar sus datos e incluso monetizarlos, transformando la relación de los usuarios con Internet, ya que dejarían de ser un producto y pasarían a ser propietarios.
Resistencia a la censura
La lucha contra la censura es otra posible ventaja de la Web3, ya que está diseñada para funcionar a través de miles de nodos distribuidos, en lugar de ser propiedad de una sola entidad.
En el modelo Web2, una empresa o un gobierno pueden obligar a una plataforma centralizada a eliminar información. Al almacenar los datos en una red peer-to-peer inmutable dentro del entorno Web3, resulta mucho más difícil eliminar algo específico.
Dicho esto, la Web3 no puede ofrecer una resistencia total a la censura. Aunque en la práctica no es posible que alguien borre contenido de un blockchain o de porciones de una dApp dentro de la cadena, sí pueden bloquear unilateralmente el acceso a una red o un servicio como IPFS. Esto significa que todavía son posibles las restricciones y, en algunos casos, incluso pueden ser más fáciles de aplicar.
Privacidad y seguridad mejoradas
Web3 ofrece mejoras significativas en cuestiones de seguridad y privacidad. Al reducir la dependencia de los silos de datos centrales, los usuarios pueden mantener un mayor control sobre su información personal en lugar de recurrir a una única empresa para almacenarla y protegerla.
Los blockchains públicos mantienen la trazabilidad, por lo que las transacciones no son completamente anónimas. Sin embargo, la estructura descentralizada elimina los puntos únicos de fallo y puede dificultar que los atacantes comprometan cuentas o datos individuales.
¿Cuáles son las mayores limitaciones de la Web3?
A continuación exponemos los principales inconvenientes que limitan actualmente la adopción generalizada del modelo Web3.
Incertidumbre regulatoria
La ausencia generalizada de normas reguladoras para los activos digitales y los contratos inteligentes obstaculiza el desarrollo de la Web3. Pueden surgir problemas de cumplimiento y lagunas en la protección de los consumidores a causa de la falta de normas que regulen el funcionamiento de estos contratos y activos.
Complejidad técnica
Entre las mayores barreras para la adopción de la Web3 cabe destacar la complejidad técnica asociada a sus tecnologías básicas.
El desarrollo sobre blockchain también añade complejidad para los desarrolladores, ya que requiere conocimientos de nuevos lenguajes de programación como Solidity, que se necesita para redactar contratos inteligentes en el blockchain Ethereum.
Los desafíos de la escalabilidad
La escalabilidad es otro obstáculo para la adopción generalizada de la Web3. Aunque su naturaleza descentralizada es una ventaja fundamental, también provoca una grave congestión de la red en momentos de gran volumen de transacciones, como el lanzamiento de nuevos tokens o la celebración de eventos. Esta congestión ralentiza el tiempo necesario para procesar las transacciones, lo que afecta negativamente a la experiencia del usuario.
Los cambios futuros podrían mejorar mucho estas cuestiones, pero por ahora los costes son reales. Por ejemplo, los usuarios de Ethereum deben pagar tarifas de "gas” por cada transacción. Cuando las redes sufren congestión, dar prioridad a una transacción a menudo puede resultar bastante caro.
Preguntas frecuentes: Preguntas comunes sobre Web3
¿Web3 es lo mismo que blockchain?
No. Aunque el blockchain es la tecnología fundamental que la sustenta, la Web3 es un concepto mucho más amplio. Con principios fundamentales como la descentralización y la confianza distribuida, Web3 se concibe como un amplio ecosistema basado en tecnologías como blockchain, contratos inteligentes y tokenización.
¿Bitcoin forma parte de Web3?
Bitcoin, la criptomoneda más importante del mundo, desempeñó un papel clave a la hora de inspirar ideas para la Web3. Fue una de las primeras tecnologías convencionales creadas en torno a un blockchain, una tecnología fundamental de la Web3. Sin embargo, al no admitir contratos inteligentes ni integraciones directas de dApps, es posible que no sirva como moneda principal de la Web3. Bitcoin es más destacable como inspiración para la Web3 que como parte fundamental de la misma.
¿Web3 es de código abierto?
Sí, la mayor parte de la infraestructura principal de la Web3 es de código abierto. Esto incluye el código para muchos de los blockchains y criptomonedas. Eso sí, no hay ningún requisito formal para que las dApps y otras aplicaciones Web3 sean de código abierto.
¿Cómo accedo a las apps de la Web3?
Normalmente se accede a las aplicaciones Web3 a través de un navegador web con un monedero web instalado, como MetaMask. Este monedero actúa como tu identidad digital y como clave para interactuar con dApps. Te permite autenticarte, firmar transacciones y gestionar activos digitales en plataformas compatibles.
¿Qué diferencia hay entre la Web3 y el Metaverso?
Web3 es una propuesta de evolución de Internet que hace hincapié en la descentralización. El Metaverso, por el contrario, es un entorno o colección de entornos virtuales que usan componentes de la Web3. Web3 es la infraestructura subyacente y el Metaverso constituye una posible aplicación en forma de espacio digital inmersivo.
Da el primer paso para protegerte en Internet. Prueba ExpressVPN sin riesgos.
Obtén ExpressVPN